Adaptado del texto: “Las bacterias: más
que patógenos, Trudy M. Wassenaar"
Fuente: Microsoft
Images.
La mayoría de las bacterias son inofensivas y algunas son beneficiosas.
Otro error de concepto que tenemos es
que las bacterias son malas para la gente. Es cierto que uno no quiere
encontrarse con algunas bacterias, pero la mayoría de ellas son completamente
inofensivas y algunas hasta son altamente beneficiosas para la gente. Algunas
bacterias pueden ser beneficiales para algunos animales y patogénicos para
otros, lo cual crea confusión. Sin embargo, lo más común es que las bacterias
patogénicas causen problemas a un número limitado de huéspedes (o a un solo
huésped) mientras que pueden sobrevivir alegremente en otros huéspedes sin
causarles problemas. Si el sufriente huésped resulta ser humano, la bacteria
culpable es llamada un patógeno humano. Sin embargo, desde el punto de vista de
las bacterias, los humanos son exactamente el tipo de huésped a evitar. Por
eso, ¿Cómo podemos echarles la culpa de causar enfermedades?
La
mayoría de las bacterias son completamente inofensivas
Las bacterias inofensivas pueden hacerse letales bajo ciertas
circunstancias.
A pesar de que un árbol al caer puede
matar a una persona, generalmente no consideramos a los árboles como dañinos.
Lo mismo es cierto para la mayoría de las bacterias. A pesar de que ellas
pueden causar problemas bajo ciertas condiciones específicas, generalmente
ellas viven sus vidas sin interferir con las nuestras. Un ejemplo es la Pseudomonas
aeruginosa, la cual vive comúnmente en el suelo sin causar daño a nadie.
Sin embargo, si esta bacteria es inhalada por una persona que tiene Fibrosis
Cística, ella puede colonizar sus pulmones y causar infecciones letales.4
Para muchas bacterias, el cuerpo humano
no es el lugar adecuado para vivir.
Ellas no pueden soportar la falta de
oxígeno (la concentración de oxígeno dentro de nuestras células es menor que la
concentración en el ambiente) o la presencia de oxígeno (el cual es tóxico para
las bacterias que viven en ambientes que no poseen o que tienen muy poco
oxígeno).
El cuerpo humano no es el ambiente natural para muchas bacterias.
Ellas no pueden aguantar nuestros
mecanismos de defensa, tales como la sal que está presente en nuestra piel y en
nuestras lágrimas, la falta de hierro (un mecanismo muy ingenioso en nuestro
cuerpo mantiene el hierro, un elemento vital para todos los organismos vivos,
inaccesible a la mayoría de los microorganismos en nuestro cuerpo), o los
radicales tóxicos que las células liberan cuando se ven atacadas por las
bacterias.
Puede ser demasiado cálido para ellas o
demasiado frío, ya que ciertas bacterias poseen requerimientos específicos de
temperatura para crecer pueden ser privadas de alimento, ya que los miembros
del Reino Bacteriano en general se han especializado en vivir de prácticamente
cualquier cosa, pero cada especie posee necesidades específicas de nutrientes.
En conclusión, no tenemos nada que
temer de la mayoría de las bacterias que encontramos.
Nuestros cuerpos pueden resistir a la mayoría de los ataques de
bacterias.
No es una gran sorpresa que somos
relativamente inertes a las bacterias. Después de todo, los mamíferos
evolucionaron en presencia de las bacterias y han desarrollado estrategias
especializadas para mantener a las bacterias bajo control. A pesar de lo que su
madre puede haberle enseñado cuando pequeño, el jabón no es esencial para
sobrevivir. Nuestro cuerpo puede resistir muy eficientemente el bombardeo de
bacterias que recibe todos los días. Menos mal que no podemos ver esto, pues la
idea no es placentera, pero con cada bocanada de aire y con cada mordisco que
tomamos, estas pequeñas criaturas entran constantemente a nuestro cuerpo. Pero
esto no debe preocuparle en lo absoluto, siempre y cuando usted pueda mantener
a los alborotadores (los verdaderos patógenos) fuera.
Algunas
bacterias son buenas para usted
Por siglos, la gente ha comido ciertos
alimentos deliberadamente por las bacterias que ellos contienen y han usado a
las bacterias en la preparación de alimentos.
Algunas comidas y la manera en que procesamos la comida dependen de las
bacterias.
Podemos adquirir suplementos o comida que contienen bacterias
beneficiosas.
El ejemplo mejor conocido es elconsumo
de yogurt y de otros productos lácteos fermentados, los cuales tienen el efecto
combinado de reducir el deterioro y mejorar la tolerancia para los individuos
que son parcialmente intolerantes a la lactosa.
Se ha desarrollado una gran industria
asociada a las preparaciones bacteriales en forma de polvos, bebidas y
productos lácteos, los cuales son comercializados como suplementos alimenticios
saludables y beneficiosos (y a veces hasta deliciosos). A pesar de que algunas
de sus promesas son poco realistas (algunos productos ni siquiera poseen
bacterias viables) se acepta en general que ciertas bacterias son beneficiosas,
especialmente cuando la flora intestinal se encuentra desbalanceada (como en la
diarrea asociada a los antibióticos). Las especies de bacteria más comunes
utilizadas son las llamadas probióticas, como el lactobacilli y
el bifidobacterium.8
Existe un número de especies de
bacteria que son necesarias en la preparación de alimentos y que pueden o no
llegar vivas a nuestro plato.9 Notablemente, muchas variedades
de queso dependen en sus características de la presencia de un cultivo inicial
de bacterias específicas. La producción de salchichas y de chucrut (sauerkraut)
requiere la presencia de bacterias. Ellas hasta ayudan a las semillas de cacao
y de café a obtener el sabor deseado. Por lo tanto, las bacterias son esenciales para la salud humana y para los ecosistemas del mundo.